JW44

Concepción del Uruguay

Entre Ríos, Argentina

La Masonería en Urquiza

Discurso del Ex-Gran Maestre

Desde el origen del Universo, los seres humanos se fueron agrupando en poblados, y estos, por afinidades étnicas, geográficas comerciales y/o de auto defensa, primero en tribus, luego en principados y finalmente en naciones.

En todos estos grupos, para bien o para mal aparecieron y fueron aceptados, para su gobierno, por convencimiento o por la fuerza, líderes, caciques, jefes, príncipes, reyes, gobernadores o presidentes.

En relación directa con la época en que a cada uno le tocó vivir, estos gobernantes fueron justos o injustos con sus subordinados aplicando para la organización de la comunidad, primero su mejor sapiencia y luego las leyes que ellos y sus colaboradores hayan sido éstos nominados o electos supieron disponer para reglar la hacienda y hasta la vida de sus subordinados.

La historia, tal como hoy la estudiamos, nos habla de importantes personajes cuyo paso por la vida signó sus tiempos, sus naciones. No ignorar la influencia que, cada uno en su momento y su tiempo, y para ese tiempo y/o para toda la posteridad, tuvieron Alejandro Magno, Julio César, Cristóbal Colón Napoleón, Lincoln, Hitler, Churchill o Stalin.

Sus pueblos legislaron o heredaron reglamentaciones, constituciones. Los gobiernos son instalados de acuerdo a las leyes soberanas de cada nación, y en las naciones nuevas y/o en formación éstas intentan darse una Constitución que esté acorde con su forma de vida, con aquellos que en ese momento son sus ideales para la mejor vida de sus connacionales.

El movimiento enciclopedista que cobra vida en Francia en la primera mitad del Siglo XVIII, alienta en muchos ciudadanos la llama de la libertad, de los derechos del hombre. Son sus principales impulsores, Voltaire, Diderot, Condorcet.

Aquí en nuestra América tenemos el caso de los Estados Unidos de América, en Norte América donde un grupo de patriotas toman esa bandera, declaran su independencia, y luego de ingentes esfuerzos, a lo largo de once años, sancionan una Constitución en Philadelphia en 1787, cuando eran aún sólo 13 los estados confederados.

Todas las naciones americanas que fueron declarando su soberanía e independencia de todo otro poder, lucharon inmediatamente por darse una Constitución que las rigiera, pero para lograrlo, en la mayoría de los casos, pasaron años o décadas de enfrentamientos y desavenencias antes de lograr el tan ansiado fin.

En nuestro País, después de los que protagonizara la Junta de Mayo ya se nos habla de la necesidad de sancionar una Carta Magna. Gobiernos efímeros y las luchas por el poder en las primeras décadas siguientes, fundamentalmente entre Buenos Aires y el interior, entre Federales y Unitarios, impidieron que la Nación se consolidase y que sus más preclaros ciudadanos tuvieran la ocasión y el ambiente para sentarse a debatir las bases de una consensuada Constitución Nacional.

Dimos a entender antes que a nuestro juicio, los grandes hombres dejan su marca en sus pueblos, y dependiendo de su moral, de su acatamiento a su Constitución y a los deseos de su pueblo, es la orientación de su accionar como gobernantes.

Gobernantes de tendencias opuestas interpretarán y aplicarán una misma Constitución en diversa forma. Lo importante son los resortes que cada Constitución prevé para evitar que se desnaturalice el sentimiento y la voluntad de la mayoría de sus pueblo.

Varias décadas de la historia de la Nación Argentina están marcadas por el impulso y el vigor de dos hombres contemporáneos: uno nace en 1793 y el otro en 1801. los dos se hacen fuertes en sus respectivos territorios, y ello les da, por las circunstancias de la época, el gobierno de sus Provincias.

No es nuestro propósito hoy y aquí, juzgar a Juan Manuel de Rosas en su accionar durante esas dos décadas, que muchos llaman infames. Su gobierno debió haberse basado en lo acordado entre las tres provincias el 4 de enero de 1831 en el Pacto Federal. Hechos posteriores le dan plenos poderes, pero los usa para extender su autoridad dictatorial y económica, y para guerrear. Exprime hasta la miseria su provincia y a todas las demás, y cuánto más se te opongan, más las enfrenta, hasta por la fuerza.

Ya en 1832, a solo un año de su sanción, muestra Rosas su personal inclinación a interpretar ese Convenio según sus propios intereses, sean éstos comerciales o políticos. El art. 6° del Pacto dice:

"Se obligan también a no tolerar que persona alguna de su territorio ofenda a cualquiera de las otras dos provincias o a sus respectivos gobiernos y a guardar la mejor armonía posible con todos los gobiernos amigos."

En base a este artículo, Rosas impuso el cierre de los periódicos unitarios de Buenos Aires. La responsable libertad de prensa, como la entendemos hoy aún no existía, si un gobernante no la deseaba otorgar.

Por otra parte, en la Provincia de Entre Ríos gobierna un empresario visionario, que impone la decencia, castiga sin piedad al ladrón funda escuelas y promueve la inmigración de aquellos que deseen vivir en paz labrando un futuro que asegure el mejor porvenir a sus familias y a la provincia de sus amores.

¿Pero quien era ese hombre? Su padre ya era terrateniente, y a la fecha del nacimiento de Justo José ejercía la Comandancia General de los partidos de Entre Ríos. Su hijo va a la escuela hasta los 17 años, y cuando ésta se cierra, regresa y se dedica de lleno al comercio del campo. Compra y vende ganado y cueros, y comienza a criar ganado en campos que rápidamente va adquiriendo y agrandando. Pero las luchas armadas continuas, lo obligan a enrolarse con los cívicos, y luego con esta experiencia, pasa al ejército regular.

Simultáneamente, a los 25 años, es diputado a la legislatura provincial, por su reconocida honestidad y espíritu federalista. A los 31 años es Comandante General en los territorios vecinos al Río Uruguay. Urquiza basa su accionar en la defensa de lo dispuesto en el Tratado del Cuadrilátero y en el Pacto Federal. Como tal, está de acuerdo con el nombramiento de Rosas, porque todavía cree que ello consolidará la unión de las provincias. Derrota a Paz en 1831 y va a la lucha cada vez que Rosas se lo pide, en aras de la soñada Confederación, del régimen federal, del libre comercio, de la libre navegación de la paz.

Con los años Urquiza comprende que Rosas sólo busca afirmar su poderío económico, y que para Rosas el concepto de libertad no es para beneficio del individuo sino para la discreción del gobernante. Urquiza no comparte esta forma de gobierno, de vasallaje, y se dedica a consolidar su posición en su provincia y a ser conocido y reconocido en otras, hasta poder influir para lograr el cambio soñado.

En 1841 es nombrado Gobernador de Entre Ríos. Ya está en la carrera militar y política con mayúsculas. La riqueza pública prospera, gracias a una eficiente administración, su fuerte. Apoya a los inmigrantes, y les ayuda a iniciar sus emprendimientos, agrícolo-ganaderos o comerciales. Sus negocios se extienden paralelamente, en toda la provincia y en la República Oriental. Se podría afirmar que es el dueño del Río Uruguay, en sus dos orillas, siendo muy respetado en ambas.

En 1845 se enfrenta decididamente a Rosas en procura de la libertad de navegación fluvial que aquel habla prohibido. En sus estancias, y en todo lugar donde haya posibles alumnos, funda escuelas rurales.

En 1847, desde Montevideo, ya sitiada por Rosas, Florencio Varela en el "Comercio del Plata" con encendidos editoriales, apoyado por José Mármol ambos masones y expatriados, señala la importancia de la presencia de Urquiza como propulsor de la lucha por la libertad, por la libre navegación, o sea por la no dependencia de Buenos Aires, que con sus leyes protectoras de aquel puerto único ahogaban la economía nacional.

¿Pero quienes hasta ese lo eran sus amigos, sus consejeros, sus colaboradores? Veamos lo que se sabe de algunos de ellos y de su accionar. Dice Juan María Gutiérrez que en la noche del 23 de Junio de 1837 más de 35 jóvenes constituyen una sociedad secreta que denominan "Asociación de Mayo" por estar en desacuerdo con el accionar despótico de Rosas, Ellos eran Esteban Echeverría, Juan María Gutiérrez Granados, Juan Bautista Alberdi, Juan Thompson, José Barros Pazos, Carlos Tejedor, Felix Frías, Jacinto Rodríguez Peña, Miguel Irigoyen, Vicente Fidel López. Los tres primeros, todos masones después fueron los encargados de redactar el manifiesto. A ellos se incorporan en Montevideo, dos años después, en un movimiento destinado ya a luchar abiertamente contra Rosas, Andrés Lamas, Miguel Cané y Andrés Somellera. Alberdi será en el futuro el nervio motor de la difusión de estos principios e ideales.

Estamos netamente convencidos que los asesores y las amistades ya mencionadas junto con el estudio de los principios masónicos, que hemos visto fue conociendo durante todos estos años, fueron el origen de su cambio de actitud, que se acentuó en 1847, año que casualmente - ¿casualmente? - marca su ingreso a la logia Jorge Washington, de Concepción del Uruguay.

En este momento debemos abrir un paréntesis para explicar algo más sobre la Masonería y sus postulados, brindando nuestra versión para que quienes no perteneciendo a ella puedan entenderla en su exacta dimensión.

Se puede afirmar que el hombre comenzó a comprender la naturalezas cuando logró racionalmente edificar habitáculos dentro de los cuales protegerse de los enemigos y de las inclemencias del tiempo, lo que ocurrió en Oriente varios milenios antes de la iniciación de la era cristiana.

Los hábiles fenicios, adelantados de los comerciantes, trajeron a Occidente la sabiduría oriental y propagaron por todas las regiones en las que recalaban con sus naves a los artesanos constructores, Estos se agrupaban en guildas o logias a fin de conservar para si el secreto de su arte real, y sólo enseñarlo a sus seguidores y descendientes, a quienes, a medida que progresaban en su oficio, iban sus secretos de boca a oído. En éstas reuniones se imponía el secreto para defender así los misterios propios y exclusivos de su oficio.

Existen varias teorías sobre el origen de sus nombres: en latín el vocablo "macio" significa cortador de piedras y en griego "masso" significa apretar, así como en inglés y en francés "maçon" y "mason" es traducido como albañil. Por tanto, tendríamos que nuestros antiguos masones eran cortadores de piedras, que apretándolas, edificaban. En cuánto al término logia, lo encontramos en el sánscrito, en el cual significa mundo o universal o sea el universo dentro del cual se mueve el masón.

Estas corporaciones o fraternidades florecen en la Europa de los siglos del barroco y del renacimiento conociéndose asambleas realizadas en 1464 y en 1469 que nos demuestran que ya entonces funcionaban organizadamente, pues en ellas se confirmaron sendas constituciones que años después fueron aprobadas y difundidas por reyes y emperadores, como Carlos V, Maximiliano I, Carlos IX, Enrique IV y Luis XIV.

Así llegamos a la época gótica, en la cual esos ya eximios artistas, por el peso de la tradición que por milenios les fue trasmitida y que con su experiencia mejoraron, nos legan cientos de construcciones que les encargaban quienes entonces las podían costear: castillos y palacios para grandes señores feudales; iglesias y catedrales para diversas órdenes religiosas, por toda Europa. Así alcanza la masonería operativa, la que labora con sus manos y sus herramientas especializadas, - pero que sólo ellos conocen corno emplear - su época de oro.

Aún hoy admiramos excelsas obras arquitectónicas que ellos hicieron posibles, como ser, y a simple título de ejemplo, las catedrales de Chartres, Reims, Amiens y Notre Dame, y la Basílica de San Martín de Tours, ésta última del Siglo XI, en Francia; las de Köln y Ulm en Alemania; la iglesia de San Miguel, - en Pavía del Siglo VIII y luego las catedrales de Siena y de Florencia, en Italia; las de Burgos, Toledo, Barcelona y Sevilla, en España; y de Salisbury y de Westminster en Inglaterra.

En la primera mitad del Siglo XV es construida la mayor parte de la catedral de Estrasburgo, y dada la imponencia y proyección de esta obra sin par, la "Logia" que la levantó pasó a tener tal fama internacional que después, y como consecuencia de ello los poderosos contratantes de la época solicitaban la exclusividad del concurso especifico de "maestros masones, de los de Estrasburgo".

Al respecto de esta Catedral, debo trasmitir una experiencia personal que fue muy emotiva. Hace pocos años se celebró en Estrasburgo una reunión internacional y durante la misma la logia que hasta hoy funciona en esa Ciudad organizó una reunión masónica, o "Tenida" como le llamamos nosotros pero en el mismo recinto (al costado de dicha catedral) en el cual se reunían aquellos masones constructores de esa monumental obra, en la misma forma en que lo hacían ellos y alumbrados como ellos, con candelabros de múltiples brazos, provistos de velas. Puedo asegurarles que se trató de una ceremonia impactante por lo emotivo.

A principios del Siglo XVII empiezan a formarse logias especulativas, o sea aquellas en que se permite el ingreso de personas ajenas al arte de la construcción, pero consustanciadas con los ideales que los años fueron desarrollando en esos hombres. Ellos hablan sido los únicos en poder oponerse al poderoso, por cuánto su arte les era imprescindible. Era la única mano de obra especializada, y así lograron dictar normas de trabajo y supervivencia, que les hicieron comprender el valor del hombre y su posible acceso a la libertad, en condiciones igualitarias.

Así aparecen los nombres de libres, porque tienen la libertad de ingresar en la logia que lo deseen, siempre que su condición sea de hombre libre, no atado a limitaciones morales o de otra índole; y de aceptados por ser así considerados en esas logias. De allí deriva el término hoy usado por todas las Grandes Logias de Libres y Aceptados Masones.

Pero esas logias conservaron una simbiosis unitaria trascendente con sus predecesoras. Conservaron las herramientas de la albañilería a las que adoptaron para la explicación de su simbología, partiendo de la base de que toda la existencia humana se basa en símbolos, siendo las letras y los números los primeros con los cuales contamos para nuestro diario vivir.

Un símbolo masónico por todos conocido es el formado por la escuadra y el compás entrelazados. La escuadra, con su ángulo recto nos recuerda que el masón siempre debe obrar rectamente y el compás nos marca la contingencia, o sea que debemos recordar que nuestra capacidad tiene el límite de los brazos del compás, es decir de nuestra propia fuerza o posibilidad. Ambas herramientas entrelazadas nos recuerdan que nuestra fuerza depende de la correcta práctica de ambas limitaciones. Y como éstas, todas las herramientas de la albañilería nos trasmiten enseñanzas pero nos obligan también a estudiarlas, permitiendo darles, a cada una de ellas, nuestra propia interpretación.

En 1717 los hermanos de cuatro logias londinenses resolvieron unirse y dictar una Constitución común, que les facilitara el intercambio de opiniones con los hermanos de otras logias y propender a una mayor difusión de sus principios sobre la base de un mejor conocimiento de sus actividades para lo cual crearon ese año la primer Gran logia en el sistema administrativo con el cual se las conoce hasta el día de hoy.

Se le encomendó a un Presbítero, el Dr. Jacobo Anderson la tarea, y éste, sobre la base de las reglamentaciones existentes, redactó el LIBRO DE LAS CONSTITUCIONES para la Gran logia de Inglaterra, que fue aprobado en 1723, y posteriormente ratificado universalmente por las demás a medida que éstas se fueron creando.

También aquí deseo mencionar que el año pasado se celebró en Londres, por parte de aquella Gran logia, el 275° aniversario de su creación lapso durante el cual ella actuó ininterrumpidamente. Asistimos a festejos, junto a masones de todo el mundo, habiendo contado la reunión central con la presencia de más de 10.000 masones que representaban a la masonería Universal y que celebraron con emoción, junto a sus esposas y familiares, tan fausto acontecimiento. No son muchas las instituciones que pueden exhibir con orgullo una vida continua y exitosa a lo largo de ya casi tres siglos.

Rápidamente, a partir de la difusión de esa Constitución las logias fueron agrupándose constituyendo Grandes Logias en cada país, las que son absolutamente Soberanas dentro de su respectivo territorio, dando en él difusión a sus ideales y principios. ¿Y cuáles eran y siguen siendo esos principios e ideales, que permitieron la rápida difusión de la masonería y que en todos los rincones del mundo se sentaran, codo a codo, reyes y plebeyos luciendo idénticas vestiduras y atributos?

Esos ideales eran:

LIBERTAD IGUALDAD FRATERNIDAD

maravillosa trilogía que se basa en ¡a mayor difusión de sus lemas que son:

CIENCIA JUSTICIA TRABAJO

Desde entonces, y en todo el mundo los masones difunden, INDIVIDUALMENTE, en nuestra diaria actividad, y con nuestra conducta y nuestro ejemplos, esos principios, luchando sin desmayar por su defensa y buscando por medio de la investigación de la verdad, la perfección del individuo para el progreso de la humanidad.

En 1628 fue iniciado en PRAGA (hoy República Checa), un pedagogo, luego considerado como el padre de la Didáctica, COMENIUS. Lo nombramos porque en una época y comarca donde regía una férrea opresión de los sectores religiosos en que funcionaban por doquier los Tribunales de la Inquisición, (lamentablemente bien conocidos en toda la América española), este masón ilustre e ilustrado pedía para el progreso de la humanidad, escuelas y libros para todos, y un idioma universal para entendernos mejor.

En esas logias de los siglos XVII y XVIII se batalló para que , principios e ideales hicieran carne en los hermanos y cuando ellos los asimilaron, temblaron los tiranos, pues los masones, fieles a sus juramentos, dieron hasta su sangre en sus luchas por la libertad, para permitir que el hombre libre tenga igualdad que es el reconocimiento de la capacidad de todos los hombres para el disfrute de los mismos derechos con responsabilidad equivalente de obligaciones, pero todo ello en libertad.

Todos los que creemos en los principios de la verdadera democracia, debemos siempre recordar y repetir que DEMOCRACTA ES El GOBIERNO DE LA MAYORIA CON RESPETO POR LA OPTNION DE LA MINORIA.

Debo poner énfasis en que la Orden no actúa corporativamente en decisiones de gobierno alguno, porque es una institución esencialmente filosófica, filantrópica y progresista, pero los hermanos consustanciados con esos principios luchamos por su difusión para el bien de la humanidad.

Así fue cómo los preclaros masones George Washington, Benjamín Franklin y José Pablo, Marqués de La Fayette, lucharon y dieron independencia y su primer gobierno democrático a varios estados que reunidos en 1776 declararon su independencia de la corona británica, creando los Estados Unidos de América. Y sin embargo siguieron teniendo relaciones con sus hermanos de Inglaterra, pues por LA RAZON después les convencieron que el concepto de LIBERTAD era primordial para la vida de su País. Dependencia NO, amistad con respeto, SI.

En 1789 otro grupo de hermanos promueve e impulsa el movimiento que desembocó en los hechos de la revolución de París, siendo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano una obra de raíz netamente masónica. En esas luchas participa un hombre joven, venezolano de nacimiento, don Francisco de Miranda. Prenden en él, el espíritu masónico la llama de la libertad. Pronto Miranda atrae a la causa a otros jóvenes americanos, entre ellos a Simón Bolívar, a Sucre, a O'Higgins. En esa época, es iniciado en una logia española otro hombre joven, oficial, nacido en una minúscula y remota población americana, el Capitán Don José de San Martín. Cada uno por su lado al regresar a sus tierras natales, organiza logias y difunde los principios masónicos, sus ideales de libertad.

En nuestro País existen evidencias de la presencia de la Masonería a mediados del Siglo XVIII. En 1795 existe en Buenos Aires una logia llamada INDEPENDENCIA. Oficiales ingleses tomaron contacto con patriotas bonaerenses, dando mayor énfasis a la difusión de sus ideales que ya realizaban los hermanos que habían formado, alrededor de 1805 la logia SAN JUAN DE LA FE PARA LA FELICIDAD DE ESTA PARTE DE AMERICA. En 1512 con la llegada y el impulso de San Martín y de Alvear se crea la Logia LAUTARO, con un fin especifico: la organización de la Nación.

Comparten esos ideales Mariano Moreno, prematuramente asesinado por los opositores, y Bernardino Rivadavia, que no tuvo la fuerza para imponerlos. En América, luego de los libertadores siguen sus pasos patriotas masones como Benito Juárez y José Martí.

Ya hemos visto cual era la situación del País (era ya un País?) en esa tercer década del Siglo pasado, y cómo se había desarrollado la difusión de nuestro ideario.

En el archivo histórico de Entre Ríos hay pruebas de que en 1822 existía una logia masónica en Concepción del Uruguay. Las referencias son dos cartas techadas el 29 de agosto y el 19 de setiembre de 1822 que con noticias de su reciente funcionamiento le dirige el Coronel Don Juan Florencio Perea a su superior, en el gobierno y en lo masónico, el Gobernador de la Provincia, el también militar Don Lucio Norberto Mansilla, quien, según propia manifestación, había sido iniciado en la logia del Ejército de los Andes por San Martín.

El Profesor Don Benigno Teijeiro Martínez conocido investigador de la historia de Entre Ríos, acuerda que esa fue la primer logia masónica de Entre Ríos, no pudiendo precisarse, agrego yo, si ya entonces llevaba el nombre distintivo que conserva hasta hoy, de JORGE WASHTNGTON, con el N° 44 dentro del registro de la Gran logia de la Argentina. Dice Teijeiro que también integraban la logia (en ese año), el Ministro Dr. Pedro José Agrelo, el médico Dr. José Millán, y los Coroneles Juan José Perea, Antonio Ezequiel Berón de Astrada, León Sola y Pedro Barrenechea.

Mientras tanto Urquiza mantiene un contacto cada vez más estrecho con aquellos patriotas, difusores de un ideario de libertad que él comparte plenamente. En Montevideo las logias funcionan, pero en Buenos Aires ello se hace imposible. Muchos se incorporan a ellas en la capital de los refugiados, otros actúan masónicamente pero sin ingresar, hasta mejor oportunidad, y otros ingresados, acuerdan mantener ello en reserva para no interferir con los planes concebidos.

Paralelamente otro masón se mueve. Es Esteban Echeverría. Iniciado en Francia, había regresado henchido de estos ideales, y los difundió sobre la base del programa titulado la JOVEN ITALIA del masón Giuseppe Mazzini. Obviamente no podía ser ajeno a esta difusión el masón Giuseppe Garibaldi, quien entre 1835 y 1846 recorre nuestras pampas luchando por una causa que era suya por ideales pero no por sangre, lo que demuestra hasta donde un hombre consustanciado con ellos puede actuar aún con sacrificio de su vida misma. Urquiza le conoció en esa época.

Echeverría le manda a Urquiza desde Montevideo con carta del 19 de setiembre de 1846 el DOGMA SOCIALISTA, y todos sus trabajos a partir de su entusiasmo por Mazzini. En párrafos de dicha carta que transcribe la erudita historiadora Doña Beatriz Bosch en su libro PRESENCIA DE URQUIZA, dice Echeverría en uno de ellos:

"Queremos, pues, garantías sociales, la fraternidad entre todos, La libertad para todos y la igualdad de derechos y deberes en todos y cada uno de los miembros de la gran familia argentina".

¿Podemos buscar un párrafo de contenido más masónico que ese?

A partir de 1846 Urquiza profundiza su accionar fraterno. Funda escuetas rurales y en 1848 el Tribunal de Medicina y el Museo de Historia en Paraná, y la Biblioteca y la Escueta de Música y Dibujo, en el Colegio Nacional.

Colaboran entonces con Urquiza los masones Marcos Sastre, Alejo Peyret (iniciado en Francia), Germán Burmeister y el Coronel Dionisio Quesada. En 1847 resuelve aceptar la invitación e ingresa en la ya citada Logia Jorge Washington N° 44, de Concepción del Uruguay, en la cual ya revistan tantos de sus colaboradores y amigos.

En los años siguientes Urquiza se dedica a consolidar su patrimonio, agregando establecimientos en ambas orillas del Río Uruguay, mientras gobierna con mano dura su territorio y afirma su liderazgo. Hombre incansable, está en todos lados y está informado de todo. Nada le es desconocido. Colabora ya con él otro joven brillante, que tuviera luego decisiva influencia en tantas de sus decisiones: el Dr. Juan Francisco Segul, que cuando Urquiza, apremiado por la situación militar en la República del Uruguay decide iniciar las acciones, será quien redacte todas las cartas y proclamas. Deseo destacar aquí la del 1 de mayo y fundamentalmente la del 25 de mayo de 1851 con la cual lanza Urquiza su grito de guerra y comienza los preparativos militares que culminarán su gesta en Caseros el 3 de febrero de 1852, con una victoria aplastante, no sólo en lo militar, sino fundamentalmente en lo que significaba el apoyo que recibió del pueblo para su lucha contra la administración rosista.

Urquiza emprende la campaña de liberación del Uruguay respetando siempre su concepto patriótico, afirmando que lo hace para borrar de allí la huella devastadora del ejército de Oribe, que desangra ese País, pero comprometiéndose a que, terminada la lucha armada, dejará todo en manos del legítimo gobierno que elija ese pueblo.

Es más, mientras dure la campaña militar, respetando lo acordado en el Pacto Federal, (art. 14') ofrece la dirección de los ejércitos aliados a un militar uruguayo, el General Garzón.

Su prestigio le permite terminar esta campaña muy rápidamente, sin derramar una gota de sangre. Luego de Caseros Urquiza demuestra no querer ser un nuevo dictador. Insta a todos los representantes de las provincias a celebrar una Convención, y así se llega rápidamente, el 31 de Mayo de 1852, al Acuerdo de San Nicolás, para el cual cuenta con la colaboración de otro joven idealista, masón, el Dr. Bernardo de Irigoyen. Se le otorgan poderes, los que él acepta sólo como "Director Provisorio de la Confederación Argentina". En sus enfrentamientos con los restos de la burocracia rosista, Urquiza se ve obligado a sanear violentamente su administración. Crea la Municipalidad, reconoce la Independencia del Paraguay, de siempre negada por Rosas.

Con fecha 1 de Octubre de 1852 entra en vigencia el nuevo Reglamento General de Aduanas, creándose aduanas en los ríos. Se firma el tratado de comercio y navegación con Francia, Inglaterra y los Estados Unidos de América. Ante el movimiento del 11 de Setiembre que estalla en Buenos Aires, decide establecer un nuevo Gobierno en nombre de las 13 provincias signatarias que le nombran Director, en la ciudad de Paraná, haciéndose acompañar por dos masones, los Dres. Salvador María del Carril y Mariano Fragueiro, iniciado éste último por San Martín en Chile.

Insiste Urquiza en su prédica federalista. El Congreso Constituyente, dispuesto por el Acuerdo de San Nicolás, comienza el 20 de Noviembre de 1852 en Santa Fe. El lo debe presidir, pero una vez más Buenos Aires lo obliga a marchar con tropas contra ella, y lo deja en manos de su Ministro el Dr. Luis José de la Peña, iniciado masón en Montevideo y fanático antirosista. Dice de la Peña en su alocución, en dos conceptos de su oratoria:

"El deseo de muchos años se cumple en este día. Los Gobiernos del litoral descansan hoy los compromisos contraídos desde 1831"

Y agrega:

"El Congreso obligado por la naturaleza de sus graves tareas a meditar sobre el destino de las sociedades y sus revoluciones, se ha imbuido de la idea de que las revoluciones sólo son legítimas cuando salvan las ideas, los pueblos sus intereses esenciales, la honra entre ellos y los derechos que la humanidad, emancipada por el cristianismo, ha afirmado por la civilización".

Y así, en su lucha constante para que la República se organice y tenga un legítimo Gobierno constitucional y representativo, demócrata y liberal, llegamos a las reuniones y la sanción de nuestra vilipendiada pero más veces desoída, Constitución de 1853, inspirada por el masón Alberdi y auspiciada por Urquiza.

Como consecuencia de su entrada en vigencia, que él alienta tomando con rapidez las medidas necesarias, Urquiza es electo por 94 votos en 106 para desempeñarse como Primer Presidente de ésta nueva República, la Confederación Argentina.

Inicia su gestión el 5 de marzo de 1854, declarando desde ya su negativa a ser reelecto, en una formal demostración de su acatamiento a la ley escrita. Urquiza confiaba en que la nueva Constitución y el cansancio de tantas luchas traería la tan ansiada paz. Cuán lejos estaba de la realidad. Tantas décadas de enfrentamientos, de luchas entre caudillos rivales, no podían terminar tan rápidamente. No obstante el sigue adelante con la reorganización de la administración. Obtiene el reconocimiento de España, que aún no había cerrado su herida por la pérdida de su colonia. Organiza el correo, herramienta fundamental para una sana y eficiente administración. Acuña moneda. Inicia la construcción del primer ferrocarril. Impulsa con brío la instrucción pública en todo el territorio nacional, por destacar sólo algunas de sus realizaciones, que son innumerables.

En su gabinete actúan los siguientes patriotas, todos masones:

José Benjamín Gorostiaga, Santiago Derqui, Mariano Fragueiro, Juan María Gutiérrez Granados, Rudecindo Alvarado, Juan del Campillo, José Miguel Galán, Juan Francisco Seguí y Baldomero García. No me voy a extender citando las referencias masónicas de ellos, pero las mismas están a disposición de quien las solicite, y seguramente servirán para un trabajo más extenso que sobre este tema quizás emprendamos más adelante.

Pero el país no está pacificado. Muchos de sus nuevos colaboradores, civiles y militares, luego de las luchas que culminaron en Caseros, no aceptan la marco dura que intenta poner orden en el caos, y se suceden los enfrentamientos que siguen desangrando la Nación,

Asistimos una vez más a sus redoblados esfuerzos por la pacificación, por la Unión Nacional, por la solución a sus enfrentamientos con el General Mitre, tan patriota como él, pero con otra óptica sobre los mismos problemas. Hoy nos parece increíble que amigos formaran ejércitos para imponer sus razones, pero no podemos olvidar que debemos estudiar los hechos con la óptica de la época que en cada caso consideramos.

Y en la Argentina de 1860 no habla aún conciencia de que las cosas deben solucionarse SIEMPRE democráticamente, por los representantes del pueblo, en una mesa de trabajo fraterna. Los intereses eran opuestos, y seguía vigente el problema del derecho a la libre navegación, que seguían negando los porteños defensores de la Aduana única, opuestos a toda costa a aquella liberalización.

El 21 de julio de 1860 el Ilustre Hermano José Roque Pérez, en su carácter de Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado 33 para la Argentina, logra reunir en una cena, como sello de la Unión Nacional, a Santiago Derqui, ya Presidente, con Mitre, Sarmiento, Gelly y Obes y Urquiza, y les confirma a todos ellos la concesión del Grado 33, máximo peldaño de la Masonería, que no se concede graciosamente, sino que es el reconocimiento a una vida de trabajo y de estudio, de compenetración con los más altos fines y desvelos fraternos y humanistas de la Orden.

Exhibimos hoy, con orgullo de masones, una fotocopia del diploma que, fechado el 30 de Junio de 1880, certifica tal carácter. El original de este documento histórico, se encuentra en el archivo del Museo Entrerriano.

Urquiza intenta volver a la vida tranquila de su Provincia, de su Uruguay (Concepción), de su Palacio de San José. Retorna la conducción de sus negocios, muchos de los cuales había arrendado o contratado con terceros para su mejor atención, por no poder atender eficazmente durante su período de gobierno presidencial, y cuyas finanzas exigían su regreso, su mando.

Ello no te es fácil, como bien sabemos. Su intervención es continuamente requerida en lo nacional, en lo provincial, en los negocios, en las relaciones exteriores. Su residencia se convierte en el lugar de cita de argentinos, uruguayos y muchos extranjeros, que se le acercan en busca de consejos y de apoyo.

En la correspondencia de Urquiza el término "fraternidad", tan usual entre masones, aparece con frecuencia. Dice Urquiza a Mitre, en carta citada por la Sra. Beatriz Bosch, del 3 de Junio de 1860, antes de despedirse, lo siguiente:

"Y puedo garantirte sin reserva que las armas no volverán a ser empeñadas para decidir cuestiones que la única solución satisfactoria y durable que tienen es un abrazo mutuo como hermanos".

Hacer hoy una visita al Palacio San José es una necesidad para todo aquel que quiera comprender algo más de nuestra historia patria. Imaginar la visión de Urquiza para en esa época, construir en el medio de la nada aquel magnífico exponente de una cultura distinta, refinada, que él comprendía y admiraba. Recorrerlo es revivir nuestra historia, y rendir silencioso tributo a un gran visionario.

Y cabe aquí una importante precisión. A los masones se nos reputa de anticlericales, en uno de los errores más comunes que muchos de nuestros críticos, por desconocimiento, o por no tomarse seriamente el trabajo de estudiar la historia y el presente de ésta benemérita Institución, nos adjudican. La filosofía masónica se basa en que sus miembros aceptan la existencia de un principio creador, de un Ser Superior, al cual denominamos el Gran Arquitecto del Universo, y a cuya invocación dedicamos todos nuestros trabajos. Somos creyentes. No caben los ateos en la masonería. Pero no somos dogmáticos. Dentro de nuestra tolerancia, cohabitan dentro de la masonería personas de diferentes culturas, razas, credos, religiones, pero todos creyentes. Hay católicos, protestantes, budistas, hebreos.

En consecuencia, ¿porqué no habría en San José una Capilla? Es perfectamente lógico que la hubiera, ya que la iglesia más cercana está a varias leguas, en el poblado más cercano, y es natural que Urquiza comulgara allí en su casa cuando quisiera hacerlo, y permitiera que todos los habitantes del establecimiento, y sus invitados, tuvieran allí mismo un lugar sagrado para el ejercicio de su Fe.

Hemos nombrado a muchos masones que colaboraron con él, que intercambiaron puntos de vista tendientes a darte mejor forma a la Organización Nacional, y que finalmente logró, lo que debe acreditársele como uno de sus más importantes logros en la historia del País. Sarmiento, el fogoso sanjuanino, ya había estado a su lado, junto con Mitre, en la campaña que culminó en Caseros.

Como leales patriotas, con arraigadas convicciones sobre la forma de llegar a lo mejor, Sarmiento y Urquiza discreparon más de una vez. Urquiza vuelve a ser candidato a la presidencia de la República en 1868, pero cuando es electo Sarmiento, le ofrece todo su apoyo, teniendo con él encuentros en San José.

También los uruguayos se le acercan, sea por su antiguo vínculo, sea por los importantes negocios que Urquiza tiene allí, sea por los comunes amigos, y masones. También el Supremo Consejo del Grado 33° del Oriente del Uruguay considera un deber honrarlo, y lo hace el 20 de Diciembre de 1863 al designado en calidad de Miembro Honorario de ese Supremo Consejo. Exhibimos hoy también aquí una fotocopia de dicho diploma, cuyo original también está en el ya citado Museo Entrerriano.

Cabe aquí una acotación, relativa a estos dos diplomas que exhibimos Los dos diplomas hablan del otorgamiento, uno del Grado 33° y el otro de un título honorífico. En Masonería ni antes ni ahora, es posible otorgarte estas distinciones a una persona que no haya sido iniciada en la Orden que no sea masón y activo.

En todos estos años fueron sus contactos mas cercanos volviendo a hablar de los masones, en el Uruguay, Lucas Obes, Nicolás Herrera José Ellauri Julián Alvarez, el General Leandro Gómez, (héroe de la defensa de Paysandú), Andrés y Luis Lamas y Santiago Vázquez por solo nombrar a algunos de ellos.

En la Argentina, deseamos mencionar además de los ya nombrados durante esta alocución al Dr. Nicanor Molinas abogado y médico. Ocupó muchos cargos en distintos gobiernos posteriores a Caseros y perteneció varios arios a la Logia Jorge Washington. Fue su asesor confidencial en muchas oportunidades.

Valentín Alsina había ya integrado una Logia en 1823. De larga y destacada actuación en nuestra historia. El Dr. Martín Ruiz Moreno acompañó a Urquiza en muchas ocasiones, e integró con él, en varias ocasiones, la ya citada Logia Jorge Washington, en la cual fue iniciado en 1857. Esta logia contó a lo largo de esas décadas entre sus miembros a lo más granado de nuestra historia, evidentemente por su carácter de Logia de Urquiza y de ubicación en Concepción del Uruguay, cerca de San José.

El Tte. Gral. Juan Pablo López, hermano del Gral. Estanislao López, lucha contra Rosas junto con Urquiza en Caseros. Recibió también años después el Grado 33° del Supremo Consejo. Manuel Patricio Rojas Argerich, combatió toda su vida. Estuvo en la defensa de Buenos Aires contra los ingleses, en Suipacha fue ayudante de San Martín donde se incorporó a la logia LAUTARO, de Pueyrredón, hizo la campaña del Perú y por oposición a Rosas fue el primer jefe de la Legión Argentina en Montevideo. Estuvo en Caseros.

Otros nombres: el Dr. Santiago Derqui, Juan Nepomuceno Serrano, José Miguel Galán, José María Francia, José Mármol y Wenceslao Paunero. En Caseros fueron sus ayudantes de campo los siguientes masones: Delfín Huergo, abogado, legislador; Diego de Alvear, médico, hijo del prócer; José Marcelino Lagos, participó luego, del gobierno de la recién creada por Urquiza Municipalidad de Buenos Aires; Mariano Varela, periodista, fundador del Club del Progreso, benemérita y centenaria institución de Buenos Aires, rectora en la difusión de los ideales librepensadores y democráticos, a través de todos los tiempos.

Para agregar alguna precisión más el carácter masónico de Urquiza, si ello aún fuere necesario, transcribiremos una cita que contiene una cada que Urquiza te envía el 20 de julio de 1868 al Presidente de la Sociedad Republicana de Obreros Italianos y que remata con la siguiente sentencia:

... la victoria de la democracia y en una palabra, la organización social de todas las naciones que se cobijan bajo el hermoso palio que levanta sobre nuestras cabezas el Gran Arquitecto del Universo.

(Del archivo del Palacio San José, División Beneficencia, Serie: Instituciones, Legajo: Varios.)

Hemos hablado de la logia JORGE WASHTNGTON N° 44 del registro de nuestra Gran Logia. Por sus cuadros pasó lo más granado de la historia y la cultura de Concepción del Uruguay, y en vida de Urquiza, del País entero. He elegido, al azar, de un libro de Registro de Asistencias a la Logia la hoja que contiene las firmas de los miembros de la logia y de los visitantes que asistieron a la Tenida (reunión) ordinaria semanal del 12 de Setiembre de 1868, que entonces se reunían en una casa alquilada a Juan Chilotegui, y luego lo hicieron en otra más adecuada que alquilaron a Don Carlos Blaser, sita en Entre Ríos y Alberdi.

(Del archivo de nuestra Gran Logia).

Quizás algunos de mis escuchas de esta noche, consideren una exageración abusiva de mí parte, mencionar en esta charla tantos nombres, pero creo que es el recinto adecuado para hacerlo, pues muchos de estos apellidos les resultarán sin duda conocidos, y ello también les hará ver los alcances que tuvo en esa época del gran Urquiza la Masonería en nuestro País, y en particular en Concepción del Uruguay.

En dicho Registro están asentadas las firmas de los siguientes hermanos:

Ciríaco Allende. Nacido en 1838 Español. Comerciante. Luego Grado 33° de la Mas. Arg.

Juan Benigno Martínez (1939 - 1915) Agrimensor, Profesor del Colegio Histórico de Uruguay.

Darío del Castillo. Oriundo de Concordia, Comerciante.

Ambrosio Lantetme (1837 - 1897) Italiano, Agrimensor. Director de la Oficina Topográfica de la Provincia de Entre Ríos. Fundador de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos "La Benevolenza". Vice-Cónsul Honorario de Italia en Uruguay.

Pedro Busquets, Comerciante.

Jaime Masramón (1819 - 1899) Sastre.

José Fontana Nacido en 1826. italiano, Artesano.

Laurent (Lorenzo) Pigeard, (1828 - 1873), Francés, Artesano.

Francisco Freytas, (1808 - 1869) Paraguayo, Comerciante.

Avelino Latorre, Nacido en 1840. Artesano.

Costantino Cometta. Nacido en 1840. Suizo, Arquitecto. Varios miembros de su familia fueron masones.

José Antonio de Urquiza Miró. (1840 - 1915). Sobrino del General, hijo de Cipriano José de Urquiza García. Director del Banco Entrerriano. Jefe Político de Uruguay en 1865. Intendente Municipal en 1875, vicepresidente de la Lotería de Beneficencia Nacional en 1877.

Ramón Bergadá. (1821 - 1884) Español. Comerciante. Muy amigo y socio de Urquiza.

Porfirio G. Tenreyro. Nacido en 1838. Español, Notario.

Roberto Cremer. Nacido en 1827. Alemán. Comerciante y Artista.

José J. Sagastume. Nacido en 1835. Abogado. Ministro General de Gobierno de la Provincia de Entre Ríos, 1868 - 1870, siendo Gobernador el General. Su hito Joaquín José fue iniciado en esta misma logia, en 1889, a la edad de 18 años.

Teófilo de Urquiza Calvento (1823 - 1893). Hijo del General. Capitán en Caseros luego Coronel, Presidió la Cámara de Diputados de la Provincia de Entre Ríos. Administrador de estancias de su padre.

Anastasio Cardassy. Nacido en 1836. Abogado. Periodista. Legislador por Entre Ríos. Catedrático en el Colegio Histórico de Uruguay, Juez Federal.

Onésimo Leguizamón (1837 - 1886). Abogado. Ministro de Gobierno de Entre Ríos. Diputado Nacional. Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de la Nación. Profesor de Derecho internacional. Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Fundador del Diario LA RAZON. Presidente del Congreso Pedagógico de 1882. Falleció cuando había resultado electo Gobernador de la Provincia de Entre Ríos. En la Masonería Argentina ocupó muchos cargos, y habla recibido el Grado 33°.

Pedro Celestino Reyna (1837 - 1908) Abogado. Presidente del Superior Tribunal de Justicia de Santa Fe. Legislador. Presidente del Consejo de Educación de Santa Fe, de su Banco Provincial y luego Ministro de 1 Gobierno. También Ministro de Hacienda de Corrientes. Juez Correccional de la Capital Federal. Fue Gran Segundo Vigilante (o sea tercer Vice-Presidente ) de la Gran Logia Argentina. Ostentaba el Grado 33°.

Joaquín Torrá. Nacido en 1810. Español. (Visitante ).

Antonio R. Descalzo. Nacido en 1830. (Visitante).

En el margen de dicho registro, hay una anotación, que dice:

"Asistieron veinte y cuatro hh.·. y yo el Ven.·. "

(Firmado:) José J. Montero

Se trata de: José Joaquín Montero Urquiza (1835/1903) Sobrino del General. Gran colaborador en todas las empresas comerciales de su tío, tanto en Entre Ríos como en Buenos Aires. Fue miembro muy activo de la Masonería Argentina, en Entre Ríos y en Buenos Aires, presidiendo esta Logia y luego aquí la LIBERTAD N° 48. En 1875 recibe el Grado 33° y en 1892-1894 fue su Soberano Gran Comendador (Presidente). Su hermano, Vicente, médico, Diputado Nacional, fue también miembro de esta logia.

Pocos años después, fueron también miembros de esta logia, los siguientes Hermanos:

Teófilo Cipriano de Urquiza Miró. (1851 - 1910) Hermano de José Antonio. De preponderante actuación en Uruguay, donde desempeñó diversas funciones públicas. De larga actuación en esta logia, la que en 1901 te designó como Miembro Honorario. Sus hijos Otton R. (nacido en 1884) y Federico (nacido en 1888) también luego pertenecieron a esta Logia. Teófilo de Urquiza donó a la Masonería el mandil de Maestro Masón que perteneció al General, y que éste entregara a su hijo Teófilo, quien se lo pasó al nombrado donante.

Manuel de Urquiza Nacido en 1846. Ocupó varios cargos en esta Logia a partir de 1873.

Juan José Soneyra Urquiza. Nacido en 839. Abogado. legislador en Entre Ríos. Actuó en la Justicia. Fue Diputado Nacional, Periodista y Catedrático de la Universidad.

¿Ustedes creen, Señoras y Señores, que reuniéndose la logia semanalmente, tan cerca de San José, como lo demostramos, y en vida del General con varios familiares suyos presentes en cada reunión, Urquiza necesitaba ir a la Tenida para intercambiar ideas con sus Hermanos masones y saber lo que allí se trataba?

Creo que quien analice la historia de la Orden y sus principios, la vida de Urquiza y toda su ciclópea obra, incluyendo la lectura de sus cartas y dictámenes, no puede ignorar ni negar la influencia que sobre él tuvieron nuestros principios. La Masonería trasmitía ideales de LIBERTAD, cuando ellos eran poco conocidos, o las más de las veces ignorados y avasallados, y sus hombres la impusieron.

La independencia de las colonias de América es su prueba más irrefutable. La Masonería exigió la IGUALDAD y también aquí en América logró la abolición de la esclavitud, mucho antes en nuestro País, y en diversos estados del Brasil, que en los propios Estados Unidos. La Masonería sigue luchando por la comprensión del sentimiento de FRATERNIDAD, para que todos los hermanos del mundo, sin distinción del color de su piel ni de su capacidad intelectual, de su medio honesto de vida ni de su creencia religiosa, mientras no sean Fanáticos, sean realmente hermanos entre sí.

La sentencia pronunciada por Urquiza:

"Ni vencedores ni vencidos"

demuestra su tolerancia, buscadora de concordia, y afirma su Fe en el nombre, características transmitidas desde siempre a sus miembros por la Masonería.

Que el Gran Arquitecto del Universo nos continúe ayudando en esta, nuestra gran tarea.

Muchas gracias.

Alejo Neyeloff

Ex-Gran Maestre Inm. (1987 - 1993)

Buenos Aires, Octubre 21 de 1993